jueves, 31 de octubre de 2013

EJERCICIOS DE SINTAXIS


ENLACES (COMPUESTAS)

COORDINADAS



SIMPLES:

  1. ACTIVIDADES
    1. ANÁLISIS SINTÁCTICO Y CLASIFICACIÓN DE ORACIONES SIMPLES.
  1. La angustia y el temor de morir penetraron en el corazón de Pedro.
  2. Esta alusión indiscreta chocó a la gente bien educada.
  3. Los faroles iluminaban con vivo resplandor el circula de la plaza.
  4. Para mí, la hora del crepúsculo es la más melancólica.
  5. La digestión pesada es producida por la comida con mucha grasa.
  6. La lluvia de la tarde resultó buena para los campos.
  7. Mi primo Federico compró un loro para mi prima luisa. Se lo compró.
  8. La clase de Matemáticas fue retrasada por la enfermedad del profesor.
  9. El sonido de la lluvia pareció a Pedro una premonición.
  10. Estos hombres nunca pueden ser gratos para sus vecinos.
  11. nunca ha habido tanta mala educación.
  12. este libro pertenece a Juan. Juan pertenece a un partido político.
  13. Juan, ven rápido a mi casa. Ven rápidamente.
  14. La batalla se perdió por culpa de la incompetencia del general.
  15. El bulevar, ese río de vida, bullía en el polvo del oro del sol poniente.
  16. Puente-Tocinos está junto a Murcia. El Palmar se encuentra detrás de Murcia.
  17. Al lado de la plaza, la iglesia mostraba siniestra su puerta de roble.
  18. Otra persona se encargó de la misión. Se encargó a otra persona la misión.
  19. Pedro puso las cosas en su sitio. Juan avergonzado puso la moneda sobre la mesa. Luis se puso enfermo esa misma mañana.
  20. los alumnos están muy nerviosos por el examen de lengua del lunes
  21. Esta mansión la habita un hidalgo.
  22. Escribí al profesor a su casa.
  23. Llamé al profesor a su casa.
  24. La mayoría de los parados son jóvenes.
  25. Nuestro alcalde es mi padre.
  26. Con nerviosismo, hicimos el examen de Lengua.
  27. Nosotros no queremos líos.
  28. Con este frío no podemos trabajar.
  29. Muchas perdices fueron abatidas por los cazadores.
  30. Las calles han sido estropeadas por la lluvia,
  31. El informe es redactado por el Director.
  32. La calle será asfaltada en junio.
  33. Este año la cosecha fue recogida con maquinas.
  34. El atracador fue detenido a la puerta de un banco.
  35. en este pueblo se vive bien
  36. En clase de Lengua no se fuma.
  37. A mí nunca me extraña esa noticia.
  38. Aquella tarde estaba alegre la tertulia de la lechería.
  39. Los precios de la gasolina están por las nubes.
  40. Fue condenado por un doble delito.
  41. Hubo un gran gentío en las procesiones de Lorca.
  42. Mis compañeros dan clases de Matemáticas en una academia
  43. Alberto y Josefina eran compañeros de clase.
  44. Los automovilistas eran registrados por los funcionarios de la aduana.
  45. Alcánzame ese libro de pastas rojas.
  46. ha nevado con intensidad todo el día
  47. Nos pusimos a comer un arroz buenísimo
  48. Sigue lloviendo aun.
  49. Hay que leer ese examen ahora
  50. Tengo hechos todos los ejercicios.
  51. Aquí hay muchos mosquitos
  52. hace frío en el bosque
  53. Te llaman al teléfono
  54. Es tarde todavía
  55. Luisa se ha puesto un sombrero nuevo,
  56. Me construí una cesa.
  57. Me voy a la calle.
  58. Júpiter tronaba en el espacio.
  59. Le han dado un palo en la cara.
  60. La noticia fue divulgada por la radio.
  61. Juan era respetado en su pueblo.
  62. La paz fue firmada por los embajadores.
  63. El abuelo duerme con la televisión encendida
  64. Tus chismorreos la ponen enferma.
  65. ¿Está la señora Luisa en la cocina?
  66. La señora Luisa esta en la ruina
  67. El café con leche me gusta mucho.
  68. Debes aprobar esta asignatura.
  69. Tu siempre serás mediocre en Geografía

    1. ANÁLISIS DE ORACIONES CON SE. Analiza el tipo de “SE” en cada oración.

  1. A ellos se les antojó comer pasteles.
  2. Sus libros se los lee Juan de arriba abajo.
  3. Mi hijo se lo comió todo.
  4. Este piso no quiero alquilárselo a nadie.
  5. No se preocupa más que de sí mismo.
  6. Se lo entregué a la policía antes de que se enteraran mis padres.
  7. ¡Qué bien se está en este país!
  8. Este tipo siempre se anda con rodeos
  9. Los precios se han encarecido últimamente.
  10. El mérito habrá que dárselo a los jugadores
  11. Mi mujer se arregla varias veces al día.
  12. Mi hija no se pinta aún los labios.
  13. Juan se construyó un hermoso chalet en la sierra.
  14. Nunca se alegra de los triunfos ajenos.
  15. Se convocarán elecciones la próxima semana.
  16. A la prensa se le dará la noticia a su debido tiempo.
  17. El jugador se llevó las manos a la cabeza al fallar el gol.
  18. Juan debe ir a la peluquería a cortarse el pelo.
  19. El jugador se lesionó al golpear el balón.
  20. Este amigo mío se llama Pedro.
  21. Nunca se cree lo que digo.
  22. Ayer se convenció a los árbitros para que desconvocaran la huelga.
  23. Nunca más se supo lo que había ocurrido.
  24. Se hace saber a todos que nuestras reivindicaciones han sido aceptadas.
  25. El atracador se entregó a la policía.
  26. Quiso llevarse todos los libros de la librería.
  27. No se lo dije porque tuve miedo.
  28. Los alumnos deben arreglárselas como puedan.
  29. Llegó tarde al estadio y se perdió la primera parte del partido.
  30. Juan y su novia se escriben todas las semanas.
  31. Juan y su novia han dejado de hablarse.
  32. La lámpara se rompió al caerse al suelo.
  33. A este chico no se le ocurre nada.
  34. El presidente se las sabe todas.
  35. Tu hijo se tiene por una persona muy lista.
  36. El portero se dio un golpe contra el poste
  37. Ya se me ha olvidado tocar el piano.
  38. Se entregarán los premios dentro de dos horas.
  39. Esto no se le puede decir a nadie.
  40. Se intenta hacer lo que se puede.
  41. Se trata de conocer las últimas noticias.
  42. El profesor se operó de apendicitis.
  43. El Madrid y el Barcelona se enfrentarán mañana en el Nou Camp.
  44. Juan se tiene que ir a casa.
  45. Juan se negó a marcharse.
  46. Mi padre y mi madre se abrazaron.
  47. Se le rompió una pierna al jugador.
  48. Juan y su vecino no se hablan.
  49. Se ha difundido por los periodistas noticias alarmantes.
  50. La puerta se abrió sigilosamente.
  51. Nuestro amigo se persona como acusación.
  52. Todos se revelaron en aquellos tristes días.
  53. Aquel hombre se arrepintió.
  54. Juan se ríe muchísimo.
  55. Ojalá no te atrevas.
  56. Se lavó las manos con jabón.
  57. Se afeitan todos los días.
  58. ¿Se calzó tu hermana unos zapatos rojos?
  59. Con gran gracia se desarregló el cabello ante todos.
  60. Juan y rosa se escriben cartas.
  61. Los compañeros de trabajo normalmente se tutean.
  62. En esta casa no se puede vivir bien.
  63. Se respiraba un aire purísimo.

lunes, 28 de octubre de 2013

EL HOMBRE PEGA, LA MUJER PADECE ("Hilo y aguja para la hembra...")

HILO Y AGUJA PARA LA HEMBRA 
 
Acaso la implacable cascada de noticias llegadas de infiernos domésticos donde las mujeres reciben trato de esclavas o de seres rebajados, donde el hombre ha asentado un miserable imperio sobre la coacción y la paliza, sea uno de esos pasajeros fenómenos de contagio que explican las leyes de la comunicación y pronto toquen a su fin las lacerantes historias de crueldad ejercidas sobre las mujeres. Pero sabemos que, aunque callen los periódicos y las emisoras, no habrá terminado el problema. Lo pavoroso es que el desamor canalice su frustración mediante la brutalidad y no mediante la ruptura civilizada y que, cuando esto ocurre, se imponga invariablemente la asimetría de los hechos: el hombre pega, tortura y mata, mientras la mujer padece. 

Nadie es tan necio que ignore que la ponzoña de pareja también conoce armas de mujer. Entre los frágiles argumentos exculpatorios que estos días se han esgrimido a propósito de la conducta de algunos malcasados, se oye decir, y no sin razón, que muchas mujeres practican la insidia sigilosa, el acecho denigratorio, la indiferencia hiriente hacia sus maridos; que, mientras la psicología primaria del macho tiende a manifestar su cólera de forma desatada y repentina, la de la hembra, más lenta y refinada, actúa minando poco a poco el temple de su cónyuge hasta el extremo de que este puede acabar perdiendo su propia estima y hasta su deseo de vivir. 

Pero, en este tablero maldito, sigue habiendo fichas desiguales. Cuando la víctima de las hostilidades domésticas es el hombre, sus piezas negras disponen de una salida que no está autorizada para las blancas. La tradición y la presión social no consienten de buen grado a la mujer abandonar la casa, dejar a sus hijos y emprender otra vida si la anterior ha fracasado o carece de remedio. En cambio, el hombre puede decidir el fin de la partida, hacer el equipaje y marcharse a otro lugar porque, al menos en la familia tradicional, el mundo exterior es más suyo que el de su compañera: “ Hilo y aguja para la hembra/ látigo y mula para el varón”, dice un personaje de Lorca en “La casa de Bernarda Alba”. 
José María Romero 

TEMAS PRINCIPALES Y SECUNDARIOS EN LCBA

DOCUMENTO

ERA UNA NOCHE SIN LUNA ... (Ian Gibson)

Era una noche sin luna Ian Gibson El País. 21/09/2008

 Es la tarde del 17 de agosto de 1936. Ha pasado exactamente un mes desde el inicio de la sublevación contra la República. El golpe de Estado ha fracasado y España está sumida en una atroz guerra civil. En la retaguardia de ambos bandos ya se mata a mansalva. Con la diferencia de que, en la zona nacional, quienes organizan, promueven y llevan a cabo los paseos son de clase media, y en la otra, no. Bastante de ello lo sabe Federico García Lorca, encarcelado desde la tarde anterior en el Gobierno Civil de Granada, y cuyo cuñado, Manuel Fernández Montesinos, alcalde socialista de la ciudad, acaba de ser fusilado contra las tapias del cementerio. Tapias donde ya han caído, según los nombres inscritos en el libro oficial de entierros —copiados en su monografía sobre la muerte del poeta (1983) por el periodista y archivero municipal Eduardo Molina Fajardo—, unas 300 víctimas de la vesania fascista. Y ello sin tener en cuenta los numerosísimos asesinatos cometidos en los pueblos de los alrededores. MÁS INFORMACIÓN * Operación García Lorca A Lorca, amenazado en la Huerta de San Vicente y refugiado en casa del padre de los falangistas hermanos Rosales, lo ha detenido Ramón Ruiz Alonso, ex diputado de la CEDA, famoso en toda la provincia por su chulería y ahora uno de los principales agentes del terror establecido por los rebeldes. El poeta probablemente no está al tanto de que Ruiz Alonso va diciendo que "ha hecho más daño con la pluma que otros con la pistola". ¿O sí está? ¿Le han informado de que hay contra él una denuncia escrita muy grave, donde se afirma que es "un enlace con Rusia", en contacto con los soviéticos a través de una radio clandestina oculta en su piano de cola, nada menos; que es íntimo del socialista Fernando de los Ríos; que es un rojo peligroso, un escritor subversivo y por más señas "maricón"? Si no lo sabe, cabe inferir que lo intuye, toda vez que, desde la furibunda recepción acordada por las derechas a Yerma a finales de 1934, no se le escapa el odio que provoca en ciertos sectores. Acaso está enterado, además, de que el militar que ha usurpado el puesto de gobernador civil de Granada, el comandante y camisa vieja José Valdés Guzmán, es hijo de un general de la Guardia Civil, cuerpo que sigue sintiéndose gravemente insultado por su famoso romance. Y hay más, bastante más. Por ejemplo, la entrevista publicada el 10 de junio en El Sol (algo así como El PAÍS de entonces), en la cual declaró que la "toma" de Granada en 1492 fue un desastre y que dio paso "a una ciudad pobre, acobardada; a una 'tierra del chavico', donde se agita actualmente la peor burguesía de España". La frase tuvo una gran resonancia local y molestó a mucha gente de orden. ¿Alguien se lo recuerda ahora en el Gobierno Civil, donde se tortura y se machaca, se oyen los gritos de las víctimas e incluso ha habido suicidios? Es muy posible. ¿A él también le han pegado e insultado? Quizá. El poeta es consciente, sin duda, de que tampoco le favorece la considerable animadversión que existe en Granada contra su padre, culpable de ser algo que apenas existe en la provincia: un rico terrateniente progresista, con antecedentes políticos liberales. Y hay algo tal vez peor que todo esto: la envidia de unos (por la fama y las ganancias del poeta) y el rencor de otros, entre ellos algunos familiares cedistas y rivales de la Vega, hondamente ofendidos por los rumores que circulan acerca de alusiones personales y despectivas en La casa de Bernarda Alba. Valdés Guzmán, cuya crueldad es hoy legendaria en Granada, ¿somete al poeta a un interrogatorio? No lo sabemos. Lo que sí hace el gobernador es consultar con su superior en Sevilla, Gonzalo Queipo de Llano —hoy reconocido como uno de los mayores criminales de toda la historia española—, que, a tenor de varios testimonios, ordena que a Lorca, según su fórmula habitual, le den "café, mucho café". Y Valdés-Pilatos se lava las manos y entrega al preso a sus verdugos. Angelina, la niñera de la familia García Lorca, había llevado comida al poeta aquella mañana. Lo encontró deshecho. Unos días antes el "señorico" le había dicho en la Huerta: "Angelina, si a mí me matasen, ¿lloraríais vosotras mucho?". ¿Alguien más le vio en su celda? Tal vez uno de los hermanos Rosales, tal vez el barbero falangista Benet, tal vez… Nada fiable sabemos al respecto. Aquella noche —noche sin luna— sacan al poeta del Gobierno Civil esposado con Dióscoro Galindo González, maestro del cercano pueblo de Pulianas y acendrado republicano. En la puerta los espera un coche de la infame Escuadra Negra, que arranca en dirección al pueblo de Víznar, situado al pie de las montañas a unos nueve kilómetros al noreste de la ciudad. Allí hay una improvisada cárcel donde suelen pasar sus postreras horas los condenados a muerte "no oficiales" (para los "oficiales" todo termina en el cementerio de Granada). Se conoce como La Colonia. Cuando Lorca se da cuenta de que van a fusilarle, un joven que hace guardia en el edificio esa noche, José Jover Tripaldi, le ayuda a rezar. Luego los suben a un vehículo y los llevan cerca de la Fuente Grande, manantial conocido en tiempos de los árabes como Ainadamar (La Fuente de las Lágrimas), en el colindante municipio de Alfacar. Allí, en un olivar al borde del camino, los despachan. Según varios testimonios, hubo antes brutalidad e insultos, y es incluso posible que al poeta le diesen en la cabeza con la culata de un fusil. Entre los esbirros va Juan Luis Trescastro Medina, acaudalado terrateniente de Santa Fe, correligionario de Ramón Ruiz Alonso y célebre en Granada por su machismo. Aquella mañana se jacta en distintos cafés de la ciudad de haber participado en el asesinato y de haberle metido al poeta "dos balas en el culo por maricón". Se ratificó en distintas ocasiones posteriores. Hacia 1950, cuatro años antes de su fallecimiento, exclamó ante su practicante, Rafael Rodríguez Contreras: "¡Es que estábamos hartos ya de maricones en Granada!". ¿En qué pensó Lorca durante sus últimas horas, sobre todo sus últimos minutos; él, tan hipersensible ante el horror de la muerte violenta? A mí siempre me ha parecido que tendría muy presente a la heroína granadina Mariana Pineda, cuya triste historia había llevado en 1927 a las tablas. Historia que ahora se iba a repetir en su persona. Poco antes de subir al patíbulo, la Marianita lorquiana oye cantar una escalofriante copla premonitoria: "A la orilla del agua / sin que nadie la viera / se murió mi esperanza". El poeta había escrito su propio epitafio. Lo acompañaron en su calvario, además del maestro Dióscoro Galindo González, los toreros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas, que se habían opuesto con denuedo a los fascistas. Para mí es un enorme alivio saber que, gracias al encomiable replanteamiento de los herederos del genio, ahora va a ser posible buscarlos. A ellos y a otros muchos. A partir de este momento histórico, Federico García Lorca, siempre tan cerca de los que sufren, se puede y se debe convertir en el máximo símbolo de la reconciliación definitiva de los españoles.

martes, 22 de octubre de 2013

Margarita Lozano: "LA BERNARDA LORQUINA"

El País, 2 de abril de 2006

Margarita Lozano presume de sus 75 años cumplidos el mes pasado y de su talla 60. Toda ella sigue siendo hermosa, como cuando fascinó hace décadas a directores teatrales como Miguel Narros o Luis Escobar o cinematográficos como Pasolini, Buñuel o los hermanos Taviani.
La actriz sólo se ha subido a los escenarios en tres ocasiones en los últimos 40 años. Ahora no se lo esperaba, ni lo buscaba, pero ha vuelto con La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, con la que acaba de iniciar una gira de quizá dos años que la llevará por numerosas ciudades españolas. Las primeras han sido Santander, Lorca y Alicante. Las próximas serán Palencia, Segovia, Ávila, Sevilla y Soria.
Se ha puesto bajo la batuta de Amelia Ochandiano, del Teatro de la Danza, lo cual significa que ha consentido que la dirija alguien que no es Miguel Narros. "Me embaucaron porque son maravillosas", dice de la directora y la productora, Chusa Martín de Entrecajas. "Así que terminé aceptando".
Cosa rara porque Lozano vive felizmente aislada entre una casa azul en Puntas, a un kilómetro de un pueblo de 40 habitantes, en la costa murciana, y un caserón del siglo XVII, al que llama el convento, en las afueras de Roma."Allí no me entero de nada, he logrado estar hecha una paleta y parecer tonta, pero es que ésta es otra forma de vivir que me encanta, pero entre el aislamiento y la vejez me estoy volviendo hasta cerril", dice esta actriz alegre y entrañable con la gente, al menos con los que le gustan.
Lozano nació por casualidad en Tetuán, ya que su padre, militar, estaba allí destinado, pero se considera de Lorca (Murcia). "En realidad, soy mora, castellana e irlandesa", afirma rememorando los orígenes de sus antepasados, "con esa sangre ha salido lo que ha salido: de loco a loco". También se considera muy árabe: "Me embriago con un olor y tengo que tocar la textura de las cosas", aclara.
En Italia ha realizado una brillante carrera cinematográfica de la mano de Pasolini, Bolognini, Nelo Risi y, sobre todo, los hermanos Taviani, aunque también ha trabajado para realizadores españoles como Luis Buñuel, Rovira Beleta, Mario Camus o Gutiérrez Aragón. En España brilló con luz propia en el teatro de los años cincuenta y sesenta, como actriz de cabecera de Narros, cuando no quería trabajar en los teatros nacionales: "Estaba contra el sistema y me parecía una incongruencia cobrar de ese sistema que tanto atacaba". Aquello fue después de abandonar el domicilio familiar, diciendo que iba a trabajar en el mundo de la moda y no confesar que iba a ser actriz.
Es poco amiga de entrevistas y apenas las ha concedido a lo largo de su vida. "Me gusta hablar de mis cosas con mis amigos, pero no entiendo qué le puede interesar de mí a otras personas", apunta.
También habla mucho con su hijo Paco, nacido de su matrimonio con un ingeniero italiano que durante 40 años le llevó el desayuno a la cama y con el que vivió felizmente hasta el fallecimiento de él. Por ambos abandonó su carrera durante 12 años y con ellos estuvo en Madagascar, Alto Volta (hoy Burkina Faso), Marruecos y otros países. Fue cuando cayó perdidamente enamorada del continente africano.
Su Bernarda es como la entendió Lorca. Una mujer que había atraído poderosamente a los hombres, lejos del estereotipo tantas veces repetido de bernardas hombrunas y bigotudas. Y no tienen nada más en común. "Ella significa todo lo que detesto y contra todo lo que he luchado, la quiero representar de manera que la gente cuando me vea quiera prenderme fuego", señala.
Y en este trabajo, como en todos los suyos, no hay escuelas ni metodologías. Sigue utilizando los mismos recursos que cuando William Layton, introductor del método Stanislavski en España, dijo de ella: "La Lozano no tiene ningún método...", y añadía inmediatamente, "ni falta que le hace".
Ella repite una y otra vez que "todo lo he aprendido con Miguel Narros", con el que ha trabajado en una veintena de espectáculos. Pero también hubo otros directores como José Luis Alonso, Ricard Salvat, González Vergel o Luis Escobar. Luego están sus otros maestros vitales, como Miguel de Unamuno, al que considera su "maleducador". En su mesita de trabajo tiene, además de El Quijote, El cristo de Velázquez, cuyo prólogo para La vida de Don Quijote sigue siendo su pequeña biblia.
Cree que no debería hacer teatro porque le tiene demasiado respeto: "Es en el teatro donde se pueden conocer todas las culturas, toda la historia, pero no puedo hablar mucho del teatro porque lo que sabía lo he olvidado y lo que hay ahora no lo conozco... Yo sólo quiero hacer lo que me gusta, que es muy simple, ya que consiste en no hacer nada, vivir con horarios libres, viendo a gente sencilla y entrañable y con la sensación de que el tiempo es mío. En Puntas estoy envejeciendo de maravilla", dice.
Si se le señala que es un acto de arrojo someterse a su edad a la dureza de una larga gira y después de estar décadas sin hacer casi nada de teatro, añade: "Lo de ponerme a hacer teatro no es un gesto de valentía, sino de auténtica insensatez".
Esta mujer de mirada feliz sólo frunce el ceño cuando habla de la sociedad actual, con un término que dice tomar prestado de Aranguren: "Siento un gran desencanto, aunque no debería opinar porque vivo muy aislada, pero me avergüenzo profundamente de lo que veo y oigo, sobre todo en televisión, gente maleducada metiéndose en la vida del prójimo, duele mucho verlo".



"BERNARDA, ESE HOMBRE"

El País, abril de 2007


¿Cuánto hay de cierto en La casa de Bernarda Alba? Leyéndola a sus amigos, Lorca les dijo: "Mirad, mirad, ni una gota de poesía. Es la pura realidad". Ni tragedia ni drama: un documental, añadió más tarde. Su protagonista está inspirada en Frasquita Alba, vecina de Asquerosa, pueblo granadino que tras la Guerra Civil fue rebautizado como Valderrubio para evitar a sus naturales el gentilicio que les había caído en suerte. La casa de Frasquita y de sus hijas, fruto una de ellas de su primer matrimonio, daba patio con patio con la del tío de Lorca y compartía con ella un pozo seco en cuyo brocal el poeta se agazapó a menudo para escuchar las disputas de las chicas. Cuenta Marcelle Auclair en Enfance et mort de García Lorca que un tal Pepe de la Romilla pretendía a la mayor, rica heredera, mientras amaba a la pequeña en secreto. Como el modelo de los personajes de La casa de Bernarda Alba era tan evidente, la familia del poeta intentó convencerle de que les cambiara el apellido. Los García y los Alba, terratenientes, fueron rivales y tuvieron no pocas disputas. No estaba el horno para bollos. Entre las causas que precipitaron el asesinato de Lorca, se añade la vendetta por haber escrito esta obra.
La casa de Bernarda Alba tiene una dimensión realista y otra simbólica: está más cerca de Casa de muñecas que de La malquerida. La pugna entre su protagonista y Adela, la benjamina, es la de Eros y Tanatos: el deseo frente al qué dirán. En España se ha montado de maneras opuestas. Juan Antonio Bardem presentó una Bernarda fría, astuta y refinada. Ángel Facio le dio el papel protagonista a un actor para subrayar la distancia entre víctimas y verdugo. Tanto en su montaje portugués, estrenado al poco de morir Oliveira Salazar, como en el español (con Ismael Merlo), recién enterrado Franco, se podía entender que el destino del país y el de aquella casa corrían parejos. Ya en los ochenta, en la puesta en escena de José Carlos Plaza, tan luminosa, las hijas son víctimas unas de otras y Bernarda, una excusa para que nada cambie. Calixto Bieito colocó en su montaje una trapecista desnuda, símbolo del deseo reprimido. El montaje de Amelia Ochandiano, que ha llenado el Centro Cultural de la Villa de Madrid durante un mes, está marcado por el físico desbordante y el vozarrón opaco de Margarita Lozano. Su Bernarda no necesita mostrar que es más fuerte que sus hijas. Salta a la vista. Sin dejar de ser mujer, tiene el poderío de un hombre. No hay quien le tosa. María Galiana interpreta a Poncia con naturalidad adjetivada por gestos amplios. Es un pívot repartiendo juego sin parar. A la tercera escena tiene al público en el bolsillo. Aurora Sánchez, sorpresa de la noche, encarna a una primogénita de voz irritante y andares cómicos, ganso en un corral de gallinas. La falda de Doña Urraca que le ha calzado María Luisa Engel le viene al pelo. Nuria Gallardo (Martirio) está para recortarla: emotiva en los momentos álgidos, excedida en las transiciones. Hay algo que aleja a Candela Fernández de Adela: la entonación, la manera de pronunciar las eses. Peros aparte, esta función pasa batería de largo y tiene momentos de brillo. Su directora no se complica: va a contar lo que hay de un modo sencillo y claro.



miércoles, 16 de octubre de 2013

LA VERDADERA HISTORIA DE "LA CASA DE BERNARDA ALBA"

En Valderrubio -en esa época aún se llamaba Asquerosa- los hermanos García poseían, en la calle Ancha, dos casas.
En esa misma calle vivía una viuda, Frasquita Alba, con sus cuatro hijas. Después de la muerte del padre, la madre las secuestró detrás de las persianas cerradas. No salían nunca, salvo para ir a la iglesia, ocultas bajo velos negros, y no podían respirar más que en el corral o en el patio, lugar muy chico, cuya puerta, apenas del ancho de un carrito, daba sobre una calle lateral.


La mayor de las hijas, nacida del primer matrimonio de Frasquita, era fea y rica. Atraído por su dote, Pepe de la Romilla, el muchacho más guapo de Asquerosa, la pidió en matrimonio y fue autorizado a hablarle de amores ante la reja de la ventana. Una vez este deber cumplido, se reunía, en las tinieblas de la noche, con la hermana más joven, Adela, tan atrayente cuanto sin dinero.


Esta historia fue para Federico, como para el pueblo, una delicia. La casa de su padre estaba en frente de la casa de las Alba. En cuanto el poeta llegaba era la atracción de Asquerosa, tanto para las hijas de Frasquita como para las demás, y nada le divertía tanto como ver, cuando pasaba, cómo casi imperceptiblemente se movían las ventanas y las recluidas miraban. También se divertía cantándoles vestido de pijama azul y sentado en el umbral acompañado por la guitarra:
¡Asómense a la ventana!
¡No miren por las rendijas!


LA VERDADERA HISTORIA DE "BODAS DE SANGRE"



El "Crimen del cortijo El Fraile” fue el tema en que se basó el poeta granadino Federico García Lorca para escribir su famosa obra "Bodas de Sangre". El episodio, ocurrió el 22 de julio de 1928 y se trasladó a los escenarios en el mes de marzo de 1933. Ha conservado protagonistas directos vivos en la comarca de Níjar hasta 1990. A pesar de lo afamado del suceso, la historia no habría alcanzado tanta proyección, de no ser porque el drama llamó la atención del poeta que en aquellas fechas se encontraba en Madrid y leyó la noticia en las páginas del ABC.
Era una época aquella, en la que el honor de las familias españolas se "limpiaba" con acciones de este tipo, más a menudo y cruentamente de lo que suponemos y de manera mas repetitiva en las zonas rurales.
La memoria histórica de los almerienses permanece intacta a pesar de que ya han pasado setenta y siete años desde que se produjo el dramático suceso, que junto a otros casos como “El crimen de la Venta Ramírez” en el año 1.884, “El crimen de Gádor” en 1.910, “El doble crimen del Teatro Cervantes” de 1.923,“Las Bombas de Palomares” en 1.966, la muerte de Javier Verdejo en el año 1.976 o “El Caso Almería” en 1.981, son sin género de duda los hechos luctuosos de mayor proyección a nivel nacional de todos cuantos han ocurrido en la provincia de Almería durante los últimos ciento veinte años.
El crimen del Cortijo El Fraile fue una simple historia de amor imposible en aquellos años que se convirtió en tragedia. Una mujer que vivía en este cortijo fue obligada a casarse en un matrimonio de conveniencia, pero el mismo día de la boda se fugó con su auténtico amor. Para "lavar" el honor de la familia, un hermano del novio despechado esperó a la pareja en un cruce de caminos y asesinó al amante.
La madrugada del 22 al 23 de julio, unas horas antes de que se celebrase en la iglesia de Fernán Pérez la anunciada boda de Francisca Cañadas Morales, de 27 años con Casimiro Pérez Pinos de 30, la novia en un acto de amor y pasión rompió el cerco familiar y se escapó con su primo Paco Montes, de 24 años de quien realmente estaba enamorada. El amante vivía en la cortijada de los Montes, en la zona de Los Pipaces. La familia mientras tanto ajena a los pensamientos de los enamorados se afanaba en ultimar los detalles del convite que se celebraría en el cortijo El Fraile.
Paco Montes, que seria la victima de la tragedia, llegó al cortijo para sumarse a los actos mientras en su cabeza le machaca la idea de tener que perder definitivamente a su prima de quien está plenamente enamorado. En medio del trasiego de idas y venidas de familiares, ambos primos se encuentra a la entrada del cortijo. Se miran a los ojos, hablan algo en voz baja y de repente acuerdan poner en marcha un plan para fugarse los dos. Francisca Cañadas y su primo aprovechando un descuido, mientras los familiares y algunos amigos van sacando sillas y mesas hasta el patio, salen del cortijo por una puerta trasera y a lomos de un mulo emprenden la huida por el camino de Níjar con la intención de llegar hasta Almería. De pronto en medio de la noche, a la altura del paraje de Haza de Capellanía, los amantes atisban unos bultos moviéndose entre las sombras del camino. De
improviso, Francisco Montes atacado por la espalda cae violentamente al suelo. Quien lo derriba y ataca es José Pérez Pinos su cuñado, mientras otra persona agarra a Francisca Cañadas fuertemente por el vestido. Era su hermana Carmen que en unión del marido se dirigían hacia el cortijo El Fraile y se habían dado cuenta de la fuga de la pareja por lo que decidieron impedirle la huida.
En el fragor de la lucha suenan tres disparos. En el suelo junto a un pequeño balate del camino queda muerto Paco Montes mientras a pocos metros la amante desmayada, esta fuera de sí victima del tremendo soponcio al comprobar la muerte de su amado. Fríamente los asesinos se dirigen al cortijo. Allí han empezado a echar de menos a Francisca Cañadas. Unas horas mas tarde, un primo de ella de regreso a su casa, a unos tres kilómetros del cortijo encontró el cadáver de su hermano. Vuelve al cortijo y comunica lo ocurrido. Salta la alarma y a partir de ahí todo se sucede vertiginosamente. La “novia viuda” enmudece y afirma en todo momento que no sabe nada.
Llega la Guardia Civil y empieza a preguntar a todos los habitantes del cortijo. Unas horas mas tarde Francisca Cañadas, su padre y su novio oficial Casimiro Pérez son detenidos por la Benemérita que los traslada hasta el cuartel de Níjar para continuar los interrogatorios.

Iniciada la investigación ante juez López Jiménez, las declaraciones contradictorias de los implicados ponen en alerta al magistrado que tres días después, el 25 de julio se convierte en la fecha clave para la solución del crimen después de un careo al que el juez somete a ambas hermanas. Horas más tarde el careo lo mantiene con José Pérez Pinos el hermano del novio despechado, a quien se le fue debilitando su coartada para finalmente derrotarse y confesar ante el juez la autoría del crimen. El revólver utilizado para el asesinato se lo había entregado a un amigo suyo para que lo guardase.

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